El nacimiento es un momento único e irrepetible en la vida de una mujer. El parto es probablemente el momento más trascendental, intenso y maravilloso; sin duda, un antes y un después en la vida de una mujer, de su pareja y de ese ser humano que nace.
Está comprobado que la manera de nacer determina factores esenciales de nuestras vidas. Si ese bebé al nacer recibe comprensión, compañía, afecto y amor, serán estos valores aprendidos los que algún día de adulto será capaz de transmitir a la sociedad.
Por otro lado, la madre descubrirá su poder inigualable que le brindará confianza y autoestima inmensamente fortalecidas.
La humanización del parto es un movimiento mundial que día a día obtiene más reconocimiento y fuerza. Se basa en el respeto a los Derechos Humanos, el propósito es promover la normalidad, lo fisiológico, seguro y saludable.
Se basa en tener derecho a:
Siempre de manera segura: con profesionales bien preparados capaces de actuar inmediatamente cuando surjan complicaciones impredecibles, realizándolo de una manera estratégica y organizacional. Redefiniendo el rol del médico: convertirse en un observador discreto y respetuoso de las necesidades de la mujer, e intervenir solo si algo conllevara peligro para la madre o el bebé.